El origen de este plato se remonta a los antiguos pescadores vascos, que acostumbraban salir de pesca por largas temporadas. Cuando estaban en alta mar, tenían problemas para alimentarse, debido a que no podían contar con muchos elementos para preparar la comida.
Así que el cocinero recurría al pescado y tomates. Pero a lo largo del siglo XVIII y durante las primeras décadas del XIX, después del descubrimiento del Viejo Mundo, las papas llegaron desde América al Nuevo Mundo y se extendieron por el País Vasco.
Desde ese momento en adelante, el cocinero modificó su receta, y a la marmita además del pescado y el tomate, añadió ese delicioso tubérculo, que se convirtió en un ingrediente fundamental. Y el cocinero dio con una receta que unía el mar y la tierra. El nombre de este guiso proviene de la palabra marmita, que es el recipiente donde se preparaba el marmitako a bordo.
El Marmitako es un delicioso guiso, que actualmente se puede degustar en los restaurantes vascos, y la receta ha sido un poco alterada, porque se le añade pimiento choricero, un pimiento rojo seco, típico de la cocina vasca. Para la preparación de esta receta hay un punto clave que consiste en trozar las papas en lugar de cortarlas, porque de esa forma la salsa queda más espesa, gracias al almidón que sueltan las papas al trozarlas. En algunos casos, se resalta el sabor y el aroma del Marmitako agregando un vaso de vino txakolí, un vino fresco y excelente con la comida del mar.
