La gastronomía andaluza surge de la fusión en un crisol de la cocina árabe, la mediterránea junto con los nuevos productos procedentes de América. En 711 los árabes llegaron a Andalucía y partir de ahí ocurrió el sincretismo cultural, así como lo relacionado con la cultura gastronómica, que se desarrolló y que hoy en día encontramos en casi todos los deliciosos platillos andaluces.
Con la cultura árabe, la gastronomía andaluza le dio otra visión a la comida; los alimentos eran vistos para recuperar la salud, y la cocina se convirtió en una ciencia de vanguardia, aparecieron tratados médicos que incluían recetas apetitosas.
Apareció el uso de especias para condimentar carnes, pescados y verduras, originando una variedad de sabores, haciendo que se desarrollara una gastronomía refinada y exquisita. Empezó a utilizarse en la cocina el azafrán, la canela, el cardamomo, el jengibre y otras.
Las verduras se popularizaron, se servían asadas, en puré y guisadas. Igualmente, ocurrió con las legumbres, garbanzos y lentejas. De ahí se originó la adafina, conocida hoy en día como puchero, que era muy popular entre los campesinos sefardíes, y se preparaba con cordero y garbanzos especialmente durante el invierno. Actualmente, el Puchero ha sido enriquecido, agregando una variedad de verduras, chorizo y gallina.
Se hizo muy popular la berenjena traída por los sefardíes, y actualmente se presenta en un platillo conocido como Berenjena con miel de caña, son fritas y luego rociadas con miel de caña.
No se puede dejar de lado la influencia árabe en los dulces de los conventos de la ciudad, basta mencionar los alfajores, los buñuelos, los churros, las confituras de frutas, mazapanes, tocinos del cielo y otros muchos más que no pueden faltar en las mesas navideñas.