La tradición gastronómica de España se remonta a los años 1.400 cuando España era de las primeras naciones en Europa en descubrir los tesoros del nuevo mundo. Comenzando a fines de esa década, los exploradores regresaron de viajes a través del océano proveniente de las américas trayendo nuevos alimentos como tomates, papas, batatas, frijoles, maíz, pimientos, chocolate y vainilla, todos oriundos de este continente y su gastronomía empezó a basarse en el cultivo de una gran cantidad de frutas y verduras, así como de carnes y aves.